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La fiesta de la Mercè, imprescindible en Barcelona.

Las fiestas en honor a la patrona de Barcelona se celebra todos los años en torno al 24 de septiembre. La fiesta de la Mercè es la gran celebración del pueblo barcelonés que todos los años reúne a gente de diferentes países. Consigue albergar un conjunto de espectáculos, tanto religiosos como paganos.

Disfrutar de estos días en la capital catalana es todo un privilegio, ya que podemos elegir entre distintas actividades en una de las ciudades más cosmopolitas del país. Pero, como toda fiesta, La Mercè tiene un origen, aunque, en este caso, polémico, que terminará quedando atrás, para el disfrute del barcelonés.

Si queremos entender el origen de este festejo, debemos remontarnos hasta el siglo XII, concretamente al 24 de septiembre de 1218. Ese día tiene lugar una aparición simultánea de la Virgen, específicamente al rey Jaime I y a los santos Raimundo de Penyafort y Pedro Nolasco.

Según tal historia, la Virgen de la Mercè les encomendaría la creación de una orden religiosa para rescatar a los cristianos presos en tierras sarracenas.

Después de ese milagro, sucederá otro en 1687. Tras ser Barcelona invadida por una plaga de langostas, el pueblo catalán se encomendó a la Virgen de las Mercè para que diera fin a la misma. Al finalizar esta terrible situación, la ciudadanía no dudó en proclamarla patrona de la ciudad.

Habrá que esperar dos siglos más hasta que el papa Pío IX, en 1860, la proclamase patrona de Barcelona de manera oficial. Ese mismo año, la población catalana comenzó a festejarla en los ámbitos religioso y popular, viviendo altibajos hasta inicios del siglo XX.

En 1902 se pretende exaltar el folclore capitalino mediante expresiones que se habían quedado atrás en el tiempo. Es así como se recuperan los famosos diables, los gigantes y castellers, entre otras cosas. No faltará la polémica entre los tradicionalistas, que defienden un festejo exclusivamente religioso, y los catalanistas, que desean recuperar sus raíces.

Durante dos décadas, en los 20 y en los 30, la fiesta terminó debilitándose. Tras el final de la guerra civil española, se centrará en una conmemoración exclusivamente religiosa, adoptando los ideales del régimen franquista.

Habrá que esperar a la transición a la democracia, a partir de 1975, para volver a ver a diables, gigantes y dragones envolverse con fuegos pirotécnicos, formando así una festividad más cercana a la que conocemos en la actualidad.

Teniendo en cuenta que el Día de la Mercè se celebra el 24 de septiembre, la fiesta grande suele durar varios días alrededor de esta fecha, generalmente entre el 21 y el 24. Durante estas jornadas tienen lugar conciertos, festivales, fuegos artificiales, bailes y el popular pasacalles, donde no pueden faltar los castellers y la sardana.

Aunque cada año su programación ofrece distintas propuestas, las tradiciones continúan. Así, no puede faltar el concurso de las colles sardanistas y del baile, en el que participan las entidades sardanistas de la ciudad.

El día 24, en la plaza de Sant Jaume tiene lugar la festividad castellera de la Mercè. Serán los bailes del Àliga de la Ciudad y los gigantes los que den el inicio a la fiesta. Desde la mañana los galejades de trabucaires hacen sonar sus trabucos desde la catedral hasta la plaza de Sant Jaume.

La cabalgata de la Mercè se ha mantenido desde antaño, aun con ciertos cambios que se han llevado a cabo a través de los años. No pueden faltar en la actualidad la presencia de cabezudos, algunos de ellos de fabricación antigua.

El paseo de las bestias se lleva a cabo después de la exposición del bestiario. Está orientada para el disfrute de todos que, de manera tranquila, entran en contacto con estas imágenes antes del esperado correfoc, que será al día siguiente.

A la mañana siguiente, en torno a las 10 de la mañana, podemos disfrutar del baile de los bastones, participando todas las colles de la ciudad. A mediodía realizan un pasacalles por la zona centro.

Por su parte, el correfoc es uno de los acontecimientos más esperados en estas fiestas. Destaca por su encanto pirotécnico. El encendido de la Porta de l´Infern marca el inicio de la marcha de dragones, tan estrechamente relacionados con la cultura barcelonesa, los diables y demás bestias. Para que ningún ciudadano se quede sin disfrutar este acontecimiento de fuego, se hace primero una versión más tranquila para los más pequeños, antes de la celebración para los adultos.

Cada año está invitado un país, cuya representación es importante dentro del Barcelona Acció Musical (BAM), que durante cada festejo ofrece un número amplísimo de conciertos. Asimismo, la ciudad se viste de gala, dándonos la oportunidad de acudir a una enorme oferta musical.

Lo que no podemos perder es el Piromusical, que pone fin a las Fiestas de la Mercè mezclando pirotécnica, juego de luces y música en un espectáculo fascinante.

Sin duda, hay que ir a vivir esta experiencia en honor a la Mercè, la patrona de Barcelona. No lo puedes dejar pasar.